martes, 17 de diciembre de 2013

IMITANDO A UN POETASTRO

Y ahí va una poesía… no es algo que haga habitualmente, pero cuando salen cosas con ritmo, mejor aprovechar.



Cuando me caigo,
No me levantas;
Pero me dices la forma
De ponerme en pie.

Cuando me ciego
No me guías;
Pero me dices el modo
De no perderme.

Y aunque a veces, quisiera
Que me levantes y guíes....
No es lo mismo que te apoyen
A que te enseñen a apoyarte.


QUERIDO GONGORILLA

Inconformista, que con mucho se conforma, que sólo se queja por abrir la boca. Al que todo el mundo quiere, por parecer encantador cuando sólo canta tu sobaco. Del que todos se prendan, menos un prenda, que de ti hace años que pasó... años de buenos vinos y mala leche.

domingo, 8 de diciembre de 2013

CAMINANTE DE CIUDAD

Me gusta andar por Madrid en verano. A esa hora en la que ya no hay sol y el asfalto no quema los pies... cuando refresca.

 Entonces, solo por las calles de mi ciudad, ando despacio, sin prisas, porque donde voy no hay hora de llegada. Pensando en mi amor, mi familia, mis amigos, mi trabajo... en todo lo que me rodea y me hace ser yo.

 Y Madrid, a esa hora, es la Emperatriz de las Ciudades, la Reina de los Condenados. Donde viven a la par los Sueños Rotos y las Esperanzas, el Quiero y no Puedo y el Puedo y no Quiero, el que vale para algo y el que no sirve para nada, las Ilusiones Perdidas y los Perdidos Ilusionistas... Todos en un crisol de Quimeras y Desengaños.

 Y paseo, tranquilo, y me fijo en sus calles, sus casas, sus gentes y sus pensamientos. Y piensan sin pensar porque no piensan en lo importante, y se miran sin fijarse porque no se dan cuenta de lo que salta a la vista... salvo algunos pocos locos.


 Y entonces, vuelvo a casa, dejando casi todo en el portal antes de entrar, y vuelvo a mi otro yo, ese que no pasea por las calles, si no que sigue la rutina; ese que piensa sin pensar; ese que mira sin fijarse... pero ese, sabe que es una de esas personas que no piensan y no se fijan, y es consciente que no puede vivir siempre caminando tranquilo por la calle, ese tío sabe que no siempre es verano... aunque también sabe, que Madrid siempre está lista para escuchar sus pensamientos cuando él quiera lanzarse a caminar por sus calles... tranquilo.... cuando refresca.

viernes, 6 de diciembre de 2013

PRÓXIMA PARADA, EL INFIERNO

Hace frío fuera. Es invierno. En el calor de mi casa pienso; sin prisa ni pausa, pero con el corazón lleno por llegar donde he llegado. Y me engorda el alma... crece y sonrío. Y paro de pensar sólo para alegrarme, para sonreír.
Y cuando miro por la ventana y veo caer la lluvia, sin pausa ni prisa, es cuando me acuerdo de la frase de Huxley "tal vez la Tierra sea el infierno de otro planeta".
Yo ya pasé mi infierno. Uno en el que no se tienen ganas de seguir adelante. Donde no hay luz al final del túnel ni pasa el tren de cercanías para salir de allí.... da igual la parada, lo importante es salir.
No sabes cómo has llegado a él, al principio parece que es él quien llega a ti, pero no es verdad. No lo sabes porque no ves donde pisas o vas con los ojos cerrados de falsos sueños y tu propia angustia por desesperarte y, cuando te das cuenta, estás solo, en medio de la nada... lodo y nada. Y todo gris (en el mejor de los casos). Por vivir con quien vivía y como vivía, por juntarme con quien me juntaba y como me juntaba.... por meterme donde no había oído ni mi nombre.
Mi infierno.
Y sin salida te pones a andar, sin rumbo, das vueltas en redondo y te vuelves a encontrar en el mismo sitio.
No se puede caer más bajo.
Y sin luz que te guíe, te pones en marcha buscando salidas... que no llegan, que no se ven. Pero las hay y lo sabes, por eso sigues caminando, hundido hasta las rodillas en la ciénaga, esa que te rodea, sólo ves lodo hasta donde alcanza la vista, no ves más que eso.
Y vas solo, porque has apartado a todo el mundo de un manotazo, de un empujón. Tu única compañía es la derrota y la rutina, que no te marcan el camino ni te dan ánimos, si no que intentan engañarte para que sigas dando vueltas por ese infierno. Un infierno sin calor ni fuego, si no oscuro, frío, húmedo... y solo.
Y al final, casi te das por vencido, pero sabes que tienes que seguir, que continuar andando. Y sin nada que perder es cuando puedes jugar mejor y arriesgarte, coger los caminos difíciles por donde nunca irías si te juegas algo. Y por fin, por uno de esos caminos y después de muchos intentos fallidos, ves la luz. Y corres. Y sales fuera de la ciénaga. Del infierno. Y una vez allí te paras a respirar el aire limpio, sin ese olor a azufre... sin ese olor a derrota. Y te pones al sol, que te calienta pero que sobre todo, te da luz, y sentado bajo un árbol, con los rayos en tu cara piensas en lo que has dejado atrás, todo aquello que antes del infierno pensabas que era tu vida.... y casi fue tu muerte.
Y te das cuenta, que te propusiste salir y lo has conseguido, has logrado tu meta que era la más difícil de todas. Ahora tienes que ser ambicioso, no por dinero o poder, si no porque sabes que eres capaz de cualquier cosa, que después de superar el infierno no hay nada más difícil y que cualquier objetivo que te propongas no es demasiado para ti.
Ahora pisas firme porque ves el camino, lo has marcado tú, y adelante... y cada vez más. Sea donde sea, ya sabes dónde vas.

Esto se lo dedico a todos aquellos que, sin acompañarme, los tuve en mi mente mientras estuve con los pies en el lodo, a todos aquellos que quisieron acompañarme y aparté de un empujón, a todos aquellos que se perdieron por el camino, pues también me hicisteis más fuerte.
Para todos aquellos que no ven el camino y piensan que no hay salida sea cual sea su infierno... que sigan, que ya no hay nada que perder, que den vueltas en redondo para un día poder encontrar su salida... que la hay... lo juro.
Que no hagan caso de las malas compañeras de viaje y que den palos de ciego si hace falta, porque se puede salir... no sé cómo, ojalá pudiese explicarlo, pero se puede.
Para que aquellos que ya han salido se acuerden de su infierno, que no lo olviden, que sepan que no hay nada más difícil y que con ese pensamiento lleguen donde quieran.
Que tomen el sol en el árbol, que respiren profundo el aire limpio pero que no se queden quietos porque la ciénaga avanza, y si te paras puede volver a cogerte. Que tomen un camino, sea cual sea pero el que ellos elijan... porque ahora pueden elegir, cosa que en el infierno no pasa.

MELANCÓLICOS ANÓNIMOS


Ya no soy un niño, y lo añoro. ¡Lo añoro tanto!

De eso no me he dado cuenta ahora... ¡ni mucho menos!, pero ahora es cuando soy lo suficientemente consciente para saber plasmarlo con las pocas palabras que tiene mi parco vocabulario.

Y por desgracia, aprendí a hacer trampas antes de saber las reglas. Aprendí, que el que no llora no mama, el que mama es un mamón, el que llora es un llorón y el resto somos gilipollas por no hacer eso mismo. Que no existe genio, ni tres deseos, ni se cumple lo que piensas al soplar las velas del cumpleaños o al ver la estela brillante de un lejano cometa.
Descubrí, que no hay Mare Nostrum, ni nada que sea del todo nuestro; que no hay alma cándida ni candil cuya llama no tiemble ante una pequeña brisa.
Ahora sé, que los reyes son los padres, que muchos padres son reyes, otros son pajes y otros muchos son hijos de puta.
Por fin sé, que las ilusiones de cuando eras niño no van contigo cuando te haces mayor, porque ser Peter Pan es muy bonito.... pero entonces te llaman loco y en lugar de animarte a volar, te ponen camisa de fuerza.
Sé que tener todo en esta vida es no tener nada y estar contento. Que la alegría en algunas personas significa estar melancólico.... que la depresión, puede ser el grado sumo de alegría venido a menos.
Porque a veces digo lo que no pienso, sin saber muchas veces lo que estoy pensando. Porque me enseñaron que dudar es bueno, cuando en cierto modo es todo lo contrario.... mejor estar seguro, aunque estés equivocado.
Por eso dos veces por semana voy a terapia con un grupo de melancólicos anónimos.