viernes, 6 de diciembre de 2013

PRÓXIMA PARADA, EL INFIERNO

Hace frío fuera. Es invierno. En el calor de mi casa pienso; sin prisa ni pausa, pero con el corazón lleno por llegar donde he llegado. Y me engorda el alma... crece y sonrío. Y paro de pensar sólo para alegrarme, para sonreír.
Y cuando miro por la ventana y veo caer la lluvia, sin pausa ni prisa, es cuando me acuerdo de la frase de Huxley "tal vez la Tierra sea el infierno de otro planeta".
Yo ya pasé mi infierno. Uno en el que no se tienen ganas de seguir adelante. Donde no hay luz al final del túnel ni pasa el tren de cercanías para salir de allí.... da igual la parada, lo importante es salir.
No sabes cómo has llegado a él, al principio parece que es él quien llega a ti, pero no es verdad. No lo sabes porque no ves donde pisas o vas con los ojos cerrados de falsos sueños y tu propia angustia por desesperarte y, cuando te das cuenta, estás solo, en medio de la nada... lodo y nada. Y todo gris (en el mejor de los casos). Por vivir con quien vivía y como vivía, por juntarme con quien me juntaba y como me juntaba.... por meterme donde no había oído ni mi nombre.
Mi infierno.
Y sin salida te pones a andar, sin rumbo, das vueltas en redondo y te vuelves a encontrar en el mismo sitio.
No se puede caer más bajo.
Y sin luz que te guíe, te pones en marcha buscando salidas... que no llegan, que no se ven. Pero las hay y lo sabes, por eso sigues caminando, hundido hasta las rodillas en la ciénaga, esa que te rodea, sólo ves lodo hasta donde alcanza la vista, no ves más que eso.
Y vas solo, porque has apartado a todo el mundo de un manotazo, de un empujón. Tu única compañía es la derrota y la rutina, que no te marcan el camino ni te dan ánimos, si no que intentan engañarte para que sigas dando vueltas por ese infierno. Un infierno sin calor ni fuego, si no oscuro, frío, húmedo... y solo.
Y al final, casi te das por vencido, pero sabes que tienes que seguir, que continuar andando. Y sin nada que perder es cuando puedes jugar mejor y arriesgarte, coger los caminos difíciles por donde nunca irías si te juegas algo. Y por fin, por uno de esos caminos y después de muchos intentos fallidos, ves la luz. Y corres. Y sales fuera de la ciénaga. Del infierno. Y una vez allí te paras a respirar el aire limpio, sin ese olor a azufre... sin ese olor a derrota. Y te pones al sol, que te calienta pero que sobre todo, te da luz, y sentado bajo un árbol, con los rayos en tu cara piensas en lo que has dejado atrás, todo aquello que antes del infierno pensabas que era tu vida.... y casi fue tu muerte.
Y te das cuenta, que te propusiste salir y lo has conseguido, has logrado tu meta que era la más difícil de todas. Ahora tienes que ser ambicioso, no por dinero o poder, si no porque sabes que eres capaz de cualquier cosa, que después de superar el infierno no hay nada más difícil y que cualquier objetivo que te propongas no es demasiado para ti.
Ahora pisas firme porque ves el camino, lo has marcado tú, y adelante... y cada vez más. Sea donde sea, ya sabes dónde vas.

Esto se lo dedico a todos aquellos que, sin acompañarme, los tuve en mi mente mientras estuve con los pies en el lodo, a todos aquellos que quisieron acompañarme y aparté de un empujón, a todos aquellos que se perdieron por el camino, pues también me hicisteis más fuerte.
Para todos aquellos que no ven el camino y piensan que no hay salida sea cual sea su infierno... que sigan, que ya no hay nada que perder, que den vueltas en redondo para un día poder encontrar su salida... que la hay... lo juro.
Que no hagan caso de las malas compañeras de viaje y que den palos de ciego si hace falta, porque se puede salir... no sé cómo, ojalá pudiese explicarlo, pero se puede.
Para que aquellos que ya han salido se acuerden de su infierno, que no lo olviden, que sepan que no hay nada más difícil y que con ese pensamiento lleguen donde quieran.
Que tomen el sol en el árbol, que respiren profundo el aire limpio pero que no se queden quietos porque la ciénaga avanza, y si te paras puede volver a cogerte. Que tomen un camino, sea cual sea pero el que ellos elijan... porque ahora pueden elegir, cosa que en el infierno no pasa.

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